Además de su función principal de evitar que el vino se derrame o se evapore, el corcho también tiene un impacto en la conservación del mismo, al permitirle envejecer de forma correcta.
No debemos olvidar también que la posición de la botella durante el almacenamiento en la bodega no es baladí, varía según las características de la botella, pero también según el tipo de corcho utilizado.
Cuando pensamos en un corcho para una botella de vino, inmediatamente pensamos el típico tapón de corcho de toda la vida.
Es el líder indiscutible, está presente en más del 80% de las botellas de vino del mercado. Sin embargo, en los últimos años se están desarrollando muchas alternativas a este.
Qué tipos de corchos existen
Conozcamos los diferentes tipos de corchos para botellas de vino que existen en el mercado, sus pros y sus contras.
El corcho natural: El más usado en la actualidad
Como citamos anteriormente, el tapón de corcho natural para el vino es, con mucho, el más utilizado.
Su capacidad para favorecer el intercambio de gases permite que el vino envejezca perfectamente.
Las botellas deben almacenarse imperativamente tumbadas, de modo que el corcho quede permanentemente humedecido, evitando así la entrada de aire en las botellas.
En cuanto a los vinos espumosos (champagne, crémant, etc.), no es necesario acostar la botella porque la lenta evaporación del gas mantiene suficiente humedad en el corcho.
Sin embargo, este tipo tiene un defecto, el riesgo de taponar el vino… riesgo en el que incurre aproximadamente del 3 al 5% de sus botellas, debido a la molécula de TCA que altera su sabor y que deteriora el olor del vino.
Corcho de plástico sintético: El favorito del vino joven
El segundo tipo de tapón es el tapón sintético de plástico más utilizado, siendo una alternativa cada vez más popular al natural.
Es la solución más viable para hacer frente a la escasez del corcho natural. Su cilindro de plástico, gracias a su estructura celular interna de células cerradas, imita muy bien la estructura del tapón de corcho natural.
Tiene ventajas significativas, la primera es que elimina por completo el riesgo de que el vino coja el sabor del corcho.
Sus propiedades elásticas son mejores que las del natural y también ofrece una mejor permeabilidad a los gases.
Con estos tapones, no es necesario mantener las botellas tumbadas ya que los termoplásticos no están sujetos a deshumidificación (con una botella con tapón de corcho natural, el riesgo de oxidación prematura está presente si la botella se almacena en posición vertical).
Para que puedas guardar la botella en posición vertical o acostada, ¡tú decides!
Sin embargo, deberá tener cuidado, el calor es muy perjudicial para los corchos sintéticos, debido a los materiales plásticos.
Por tanto, es fundamental almacenar sus botellas en buenas condiciones de temperatura y humedad o evitar el transporte en pleno verano.
En resumen, estos tipos son perfectos para que los vinos se beban joven, por otro lado, no tenemos la retrospectiva necesaria para evaluar la calidad de la crianza en los vinos de guarda.
Corchos tipo cápsulas: El menos utilizado
Se comercializaron a principios de la década de 1970 en Australia y en la de 2000 en Francia.
La ventaja es sobre todo poder tapar la botella de vino y, por supuesto, no corres el riesgo de ver tu vino taponado (sin TCA).
Para estas botellas, es posible el almacenamiento vertical o acostado. Finalmente, para los vinos de larga duración, también nos falta perspectiva para evaluar las cualidades de este corcho a largo plazo.
Por otro lado, en Francia, el tapón de rosca encuentra cierta resistencia, tanto emocional como psicológica, en comparación con los tapones más tradicionales.
Sobre todo, no te preocupes, no importa el tipo de corcho de tus botellas de vino, todas se almacenarán en óptimas condiciones solo debes asegurarte la posibilidad de poder guardar tus botellas en posición vertical o tumbada, con una temperatura e higrometría perfectamente controlada dependiendo el tipo de corcho que tiene la botella
